Con los años, nuestro cuerpo cambia, y nuestras necesidades nutricionales también. Alimentarse bien después de los 60 no solo mejora la energía y el estado de ánimo, sino que también ayuda a prevenir enfermedades y fortalece el sistema inmunológico. En este artículo les compartimos consejos sencillos para llevar una alimentación saludable, deliciosa y adaptada a esta etapa de la vida.
1. La importancia de una buena alimentación en la adultez mayor
A medida que envejecemos, nuestro metabolismo se vuelve más lento y la masa muscular disminuye. Por eso, es fundamental elegir alimentos que aporten nutrientes esenciales sin excesos de calorías.
Una buena alimentación ayuda a:
- Mantener un peso saludable.
- Prevenir enfermedades como la diabetes, hipertensión o problemas del corazón.
- Fortalecer huesos y músculos.
- Mejorar la memoria y el estado de ánimo.
2. Nutrientes clave que no deben faltar
Aquí les mencionamos los más importantes:
- Calcio y Vitamina D: Esenciales para fortalecer los huesos. Encuéntrelos en lácteos bajos en grasa, pescados como el salmón, y exposición moderada al sol.
- Proteínas: Ayudan a conservar la masa muscular. Pescado, pollo, huevos, legumbres y frutos secos son buenas fuentes.
- Fibra: Mejora la digestión y ayuda a controlar el colesterol. Está presente en frutas, vegetales, avena y granos integrales.
- Hierro y Vitamina B12: Fundamentales para evitar la fatiga y la anemia. Se encuentran en carnes, huevos y cereales fortificados.


3. ¡Ojo con el exceso de sal y azúcar!
El consumo elevado de sal y azúcar está relacionado con enfermedades comunes en la tercera edad. Opten por versiones naturales y reduzcan los alimentos ultraprocesados.
Consejo: Usen hierbas y especias naturales como orégano, cúrcuma o ajo para darle sabor a sus comidas.
4. Hidratación: el secreto olvidado
Muchas personas mayores no sienten tanta sed, pero el cuerpo sigue necesitando agua.
Tomar entre 6 y 8 vasos al día ayuda a mantener la piel, los riñones y el sistema digestivo en buen estado.
5. Consejos prácticos para el día a día
- Comer porciones pequeñas, pero frecuentes.
- Planificar las comidas con anticipación.
- No se salten el desayuno.
- Compartan sus comidas: comer acompañado mejora el ánimo
Conclusión: Alimentarse bien es quererse
La buena nutrición es un acto de amor propio. No se trata de hacer dietas estrictas, sino de elegir lo que el cuerpo necesita para mantenerse fuerte, activo y feliz. Cada bocado saludable es una inversión en su bienestar.